MITOLOGIA ROMANA
Los romanos adoptaron como propios a muchos dioses griegos y los incorporaron a su panteón. Cuando Roma se expandió y dominó el mundo, como los romanos fueron educados por maestros griegos, adoptaron muchas costumbres griegas, pero no hay que equivocarse, pues sería un gravísimo error considerar a la mitología romana como una burda imitación de la griega. Fueron de su interés, pues los romanos nunca habían imaginado, ni por asomo, a sus dioses con forma humana, ni contaban en cierto sentido con un conjunto de mitos relacionados entre sí.
Además de las costumbres adoptaron las leyendas mitológicas y de esta manera se borró prácticamente la auténtica mitología romana. Los romanos consideraban a sus dioses como protectores y los dividían en dos clases: Los que estaban encargados de velar por el Estado y los que protegían a la Familia.
La Mitología Romana está relacionada con la historia de Italia. Desde la llegada de los primeros habitantes que conformarían un destino de grandeza, la fundación de Roma y la consolidación a través de sus gobernantes.
El padre de Eneas se llamaba Anquises y era rey de los dárdanos. Este pueblo era vecino de Troya y por lo tanto aliado de los troyanos.
La historia comienza con Júpiter, que enojado con su hija Venus planeaba darle un castigo haciendo que se enamorara de un mortal, Anquises era un hombre muy guapo y llamó la atención de la diosa. Cuando Anquises dormía, Venus se le apareció transformada en humana y conquistó al príncipe. De esa unión nacería Eneas.
Anquises no sabía que la hermosa doncella era una diosa, pero Venus, antes de partir le confesó la verdad diciendo:-Anquises, Yo no soy una mortal. Soy la diosa Venus. De nuestra unión nacerá un niño hermoso y te juro que lo protegeré por siempre. Pero tú, Anquises debes prometerme que jamás revelarás nuestro secreto.
Anquises dió su palabra a la diosa y ella desapareció.
Pero Anquises, que en definitiva era un humano no pudo guardar el secreto. Y, en la primera oportunidad, le contó a sus amigos que había pasado la noche con la diosa Venus.
Júpiter tampoco tardó en enterarse y se enfureció de tal modo, que envió un rayo devastador para aniquilarlo.
Venus, que recordaba su aventura amorosa, se interpuso ante el rayo, pero una de las chispas rozó la pierna de Anquises y lo dejó cojo para siempre.
Eneas creció fuerte y hermoso, y, cuando los griegos invadieron Troya para castigar a Paris por el rapto de Helena, Eneas acudió a defender la ciudad, porque como ya dijimos, era aliado de los troyanos.
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