En primer lugar, hay que tener en cuenta, que como amuleto entendemos, a cualquier objeto que protege a una persona frente a un problema. La gama de amuletos es muy amplia, y puede ir desde colgantes a monedas, pasando por piedras, dibujos, anillos, plantas o animales.
El hombre vio desde la antigüedad, en los amuletos, una forma de escapar de todos los males, ya fueran físicos o espirituales. Estamos ante un objeto, al que se le atribuyen supersticiosamente, virtudes sobrenaturales.
En este texto, nos centraremos en los amuletos del Antiguo Egipto, que es una civilización que tuvo lugar, entre el 3150 antes de Cristo y el 31 antes de Cristo, que es cuando el Imperio Romano conquistó el Egipto ptolemaico. Esta civilización tuvo lugar en ambos lados del cauce medio y bajo del río Nilo.
Veamos con detalle esos amuletos, y piensa que muchos de ellos los podemos encontrar por ejemplo, en forma de colgante de manera que si su significado se identifica con algo en tu vida o tu carácter puede ser una buena idea que lo lleves contigo.
Ojo de Horus: el orden
El ojo de Horus es el amuleto por excelencia, relacionado con Egipto. Era un símbolo solar, que encarnaba el orden, todo aquello que estaba perfecto, lo imperturbado. Tradicionalmente, ha sido un símbolo con características mágicas, protectoras, sanadoras o incluso, purificadoras. Se cree que el ojo de Horus era una versión estilizada del ojo del dios Halcón, un símbolo de estabilidad cósmico-estatal, que además también tenía la función de ser un importante amuleto funerario.
Hay múltiples significados sobre el ojo de Horus. En general, representa al ojo que todo lo ve, relacionado con la indestructibilidad del cuerpo y la habilidad de renacer. Se usa como talismán contra las enfermedades y contra mal de ojo, maldiciones y conjuros.
Ankh: la vida eterna
El ankh, también conocido como cruz ansata, simboliza la vida o la vida eterna. Afecta, no sólo a la vida terrenal, sino también al más allá. Es una imagen muy similar a la cruz cristiana, variando tan sólo, la parte superior, en la que aparece una argolla o asa. Ese asa, representa el agua, que entraba en el valle del Nilo, y que representaba la fertilidad. La cruz en sí, une en un sólo diseño al hombre y a la mujer.
El ieb: el corazón
El ieb, representaba en el Antiguo Egipto, el corazón, que era el lugar de pensamiento, de emoción y de la propia vida. En los juicios, el corazón era representado en contraprestación a la pluma de la verdad y la justicia. Estos amuletos representan el coraje para enfrentarse a enemigos invisibles, relacionándose con la ira de las divinidades defendiendo sus lugares
El tyet: la regeneración femenina
El tyet, también conocido como el nudo de Isis, viene a representar la regeneración femenina. Ya que la mujer otorga la vida, su papel en la civilización egipcia era fundamental. En teoría, es una representación estilizada de los genitales de la diosa. Suele servir como amuleto relacionado con la fertilidad y se coloca, sobre la garganta o el pecho.
El uraeus: la resurrección
El uraeus es una representación de la diosa Uadyet y ha sido, tradicionalmente, un emblema protector de muchos faraones, ya que eran los únicos que podían portarlo. Tenía forma de cobra, y a veces llevaba la corona roja del Bajo Egipto y la blanca del Alto Egipto. La cobra y las serpientes en general, eran símbolos de resurrección, asociadas a los viajes del Sol, por el cielo y el inframundo.
El pilar Dyed: desconocido
El pilar Dyed se cree que pudo representar la columna vertebral del dios Osiris, pero se desconoce el objeto que representa realmente. Se cree también que pudo ser un objeto fetiche de la prehistoria, relacionado con la agricultura. También hay una ceremonia, que supone la erección del pilar Dyed, que simbolizaba la estabilidad del reinado y la resurrección de Osiris.
El escarabajo: vida y poder
El escarabajo pelotero representaba al Sol naciente, y significaba la resurrección. También representaba la vida y el poder. Era también el símbolo de la constante transformación de la existencia. En la momificación tenían una importancia capital, ya que se colocaba un escarabajo en el pecho del difunto para proteger el corazón, y garantizar que no testificaría contra el difunto en el juicio de los muertos.
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